Saluda de la Presidenta de la Junta Pro Semana Santa de Zamora

Isabel García Prieto

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Hablar o escribir de la Semana Santa para un zamorano, es sin duda algo sencillo, pues al hacerlo, emergen recuerdos vividos de años pasados, aunque hayamos tenido en los dos últimos años la sombra de un virus desconocido que tanto nos ha limitado la vida, poniendo de manifiesto nuestra fragilidad y que a día de hoy no podemos perder de vista, ni tampoco olvidarnos, del pobre pueblo ucraniano azotado por una guerra. Un camino de espinas que parece que no tiene fin para ellos pero que, como ocurrió cuando comenzó esta pandemia, se han encontrado con cirineos que son claro ejemplo de generosidad y solidaridad, que intentan en lo posible mitigar el calvario que padecen.

Pero pronto comenzará la Semana Santa, y sin olvidarnos de los que nos dejaron, de los enfermos y los que sufren el horror y el éxodo por una contienda, cruel y sangrienta, ya vamos contando los días para el Jueves de Pasión, para nosotros y desde hace años, consideramos que es su inicio, con el traslado del Nazareno de San Frontis acompañado por centenares de personas, la mayoría vecinos de ese barrio que cruza el rio Duero para ir a la S.I. Catedral del Salvador. Con él nos adentramos en los días sacros, donde este año, sin duda alguna, será especial, tras la larga sequía cofrade en calles y plazas.

Nos disponemos a vivir nueve días intensos, donde los sentimientos estarán a flor de piel al paso de las imagenes y al escuchar los sonidos que sobrecogen el corazón, porque la ciudad en estos días se transforma y despierta de un largo letargo en el que parece que está todo el año, con el regreso de tantos cofrades de fila o de acera, que han tenido que marcharse para labrarse un futuro mejor y que vuelven a su tierra.

Son días para el reencuentro con familiares y amigos y para el abrazo fraterno. Cofrades que con sus túnicas, hachones, faroles, tulipas, cruces, al son de los sonidos y el olor a cera e incienso, van amparando a nuestras imágenes de singular belleza y que algunas despiertan una gran devoción, representado cátedra, altar, calvario, sepulcro y resurrección, por lo que son, la mejor escuela para los niños y jóvenes.

Y no importa que se repita el mismo escenario, porque cada primavera la revivimos de distinta forma en nuestra ciudad , en un marco incomparable, donde se escenifica la mayor catequesis visual, el drama de la Pasión y la Muerte de Cristo y el triunfo de la vida con su Resurrección.

Finalizo estas letras para desearles una saludable y Buena Semana Santa.

Con afecto

Isabel García Prieto