Agro Valladolid

Entrevista Cristina Danés

Confederación Hidrográfica del Duero

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En un año marcado por la pertinaz sequía, ¿cuál es la situación general de los embalses y la tendencia a la vista de las previsiones?

La situación de los embalses es muy dispar, consecuencia de la climatología y de la situación de las reservas en el embalse al término del pasado año hidrológico. En este sentido, el año pasado por estas fechas se acumulaban 2.427 Hm3 (84,3%) en los embalses cuya gestión tiene encomendada la Confederación. Con la única excepción del sistema Águeda, todos los sistemas superaban el 80% a nivel de reservas.

En la actualidad, por debajo de ese 80% se encontrarían los sistemas Tuerto, Carrión, Pisuerga – Bajo Duero, Arlanza, Alto Duero, Riaza y Águeda. Dadas las características de sus zonas regables, la campaña de riego 2022 se encontraría condicionada en los sistemas Carrión, Pisuerga – Bajo Duero y Tuerto (Subsistema Órbigo), encontrándose la peor situación en el sistema Pisuerga-Bajo Duero y en el Tuerto, donde sus embalses no alcanzan el 50%, en el caso del primero y escasamente se supera el 60% en el segundo.

En el lado contrario, aunque ya se ha iniciado el periodo oficial de la campaña de riego, tanto Barrios de Luna como Santa Teresa (Tormes) se encuentran en el 80% o por encima, en el sistema Esla-Valderaduey (Porma y Riaño) las reservas superan las de la media de los diez últimos años y en el Adaja, la presa de las Cogotas se encuentra por encima del 90%.

En conclusión, la tendencia es favorable y si se confirman las previsiones meteorológicas para la segunda quincena de abril, podría seguir incrementándose el nivel de los embalses y las demandas de riego de este mes podrían ser mayoritaria- mente satisfechas con las precipitaciones.

¿Está garantizada la campaña de riego? ¿Se plantean alternativas ante la posibilidad de que no sea posible?

El año hidrológico 2021-22 se inició con 1.184 Hm3, un valor superior a la media tanto de los diez últimos años (1.041 Hm3), como de los últimos veinticinco años, aunque inferior en cerca de 150 Hm3 al valor del año anterior (1.190 Hm3). Se cumplieron todos los valores mínimos establecidos en la Comisión de Desembalse, incluso se superaron claramente las previsiones en los casos de los embalses de Barrios de Luna, Porma, Riaño, Pisuerga, Cuerda del Pozo o Las Cogotas, a pesar de que la primavera y el verano fueron secos. De esta forma, comenzamos el año hidrológico 2021-2022 con unas reservas que determinaban una situación de normalidad en cuanto al indicador de escasez del Plan Especial de la Sequía, salvo en el sistema Carrión, que se situaba en prealerta.

Esta favorable circunstancia, que tiene mucho que ver tanto con la concienciación de los regantes como con una comunicación y colaboración constante entre los regantes y el Organismo de cuenca durante la gestión de la campaña, ha determinado que, a pesar de la sequía de los primeros meses del año, gran parte de los sistemas de la cuenca se encuentren en situación de normalidad, de forma que la campaña de riego solo esté condicionada en el Tuerto, Carrión y Pisuerga-Bajo Duero.

Incluso en estos sistemas, el cambio de tendencia que ha experimentado la climatología, en los meses de marzo y abril, podría mejorar las expectativas y aunque no se alcance una campaña normal sí que se pueda defender la misma, actuando sobre la previsión de cultivos y la superficie de barbecho.

Precisamente, para adaptarse a la situación real, se adelantaron las Juntas de Explotación de inicio de campaña a los primeros días de marzo, se han mantenido reuniones informativas antes de Semana Santa con el Carrión y el Pisuerga-Bajo Duero y a primeros de mayo se celebrarán Juntas de Explotación Extraordinarias con los sistemas Tera, Órbigo-Tuerto, Carrión y Pisuerga-Bajo Duero, a fin de ajustar la dotación de agua disponible en función de las reservas de los embalses de cada sistema.

¿Cuál es el diagnóstico de los 13 sistemas de la cuenca? ¿Alguno pre- ocupa especialmente?

En este momento hay 8 unidades territoriales en situación de sequía prolongada que son Támega-Manzanas (Orense y Zamora), Tera (Zamora), Órbigo (León), Pisuerga (Palencia, Burgos y Valladolid), Arlanza (Burgos), Alto Duero (Soria), Tormes (Ávila y Salamanca) y Águeda (Salamanca). Tres al noroeste de la cuenca, tres al este, y dos al suroeste. El indicador de sequía valora las precipitaciones y caudales circulantes registrados en los últimos seis meses y los compara con esos mismos seis meses de las series históricas, señalando sequía cuando estos registros son muy inferiores a los históricos.

Por su parte presentan situaciones de alerta en cuanto a escasez las unidades Támega-Manzanas, Tera y Alto Tormes, en Ávila. La parte

central de la cuenca está en situación de prealerta (Carrión, Pisuerga, Cega, Torío-Bernesga y Bajo Duero) y el resto en situación de normalidad. La situación de escasez valora la posibilidad de satisfacer las demandas con las reservas de agua existentes siempre comparando con los valores históricos registrados

¿Estamos en un escenario en el que se podría declarar la sequía extraordinaria?

Los requisitos para declarar situación excepcional de sequía extraordinaria de acuerdo con el Plan Especial de Sequía del Duero son que una unidad territorial de sequía se encuentre en situación de sequía prolongada y coincida con escenarios de escasez de alerta o emergencia en la unidad territorial citada. La decisión de hacer esta declaración corresponde al Organismo de cuenca en función de determinados datos como la evolución y la tendencia climatológica.

De tomarse medidas excepcionales, ¿qué supondrían y en qué consistirían?

En caso de que se declarase sequía extraordinaria, se convocaría la Junta de Gobierno que es la que tomará las medidas que se consideren.

¿Hay contacto habitual con las comunidades de regantes? ¿Algún mensaje que pueda tranquilizarles y si se está siendo sensible a sus necesidades?

Tal y como se ha expuesto anteriormente, existe un contacto permanente con los regantes, en particular, durante toda la campaña de riego: sus peticiones de riego se reciben todas las semanas y en función de las mismas se ajustan los desembalses a fin de maximizar la eficiencia en el uso del agua. A ello se une el hecho de que el Organismo está abierto a realizar las reuniones (Juntas de explotación, Comisión de Desembalse, etc.) que sean necesarias.

En todo caso, no hay noticia más tranquilizadora para ellos que el mantenimiento durante la primavera de la tendencia climatológica que se ha iniciado en marzo.

Hablando del Plan Hidrológico Nacional, ¿qué beneficios traerá hasta 2027 y cuál será su impacto en el medio rural?

El Plan Hidrológico de la cuenca del Duero se alinea con la estrategia del Pacto Verde Europeo y afronta el cambio climático como un reto global, poniendo el foco en la lucha contra la contaminación, la preservación y recuperación de ecosistemas y biodiversidad, a través de medidas precisas para alcanzar los objetivos ambientales en la cuenca, que son alcanzar el buen estado de las masas de agua.

En este tercer ciclo de planificación hidrológica, el Plan ofrece un importante programa de restauración fluvial que afecta a 227 masas de agua tipo río con 5.000 kilómetros fluviales, y medidas de mitigación con el fin de que puedan alcanzar el buen estado ecológico en las mismas.

Además, se plantean acciones de modernización de regadíos por un importe de 768 millones de euros para reducir las presiones por extracción de agua en sistemas estresados hídricamente.

En el Plan se incluye el Plan de Gestión del Riesgo de Inundación que incluye actuaciones de reducción de vulnerabilidad en determinadas áreas de los ríos Esla, Tera, Esgueva, Pisuerga, Carrión y Valderaduey entre otros.

Como consecuencia de ello el Programa de medidas final supone unos 2.200 millones de euros, de los que más de 1.000 están vinculados de manera directa o indirecta con el medio rural de la demarcación del Duero y, en concreto, con el regadío, con medidas para actuaciones de modernización, de refuerzo de la capacidad de regulación con fines de regadío, mantenimiento de grandes infraestructuras hidráulicas como presas y canales e infraestructuras de nuevos regadíos, entre otras.

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