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El sindicato de veterinarios de Castilla y León pide a la Junta que su colectivo pueda controlar la fauna silvestre

De esta forma se podría mejorar "el problema" de la tuberculosis bovina

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El Sindicato de Veterinarios de Castilla y León (SIVECAL-USCAL) ha recomendado hoy a la Consejería de Medio Ambiente que se dote de servicios veterinarios oficiales en coordinación con la Consejería de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural o delegando en ella para un mayor control de la fauna silvestre, donde ven «margen de mejora» en la lucha contra la tubercolosis bovina.

Esta es una de las principales peticiones que ha realizado el presidente de SIVECAL-USCAL, Manuel Martínez, tras analizar las consecuencias de las medidas de flexibilización del control, vigilancia y erradicación de la tuberculosis publicada por la Junta a través de una Resolución de 10 de mayo y que fue contestada a través de una «orden sin precedentes» del Ministerio del ramo con fecha de 29 de mayo y en un contencioso-administrativo y en la suspensión cautelar por parte del TSJCyL.

Martínez ha considerado que la mayor prevalencia de tubercolosis en Salamanca se puede deber a que es la provincia de España con mayor número de cabezas por héctárea, «la más ganadera», y ha apuntado como otra causa el hecho de que la Junta no esté llevando a cabo «todas las actuaciones de control sanitario en la fauna silvestre que se deberían llevar a cabo».

«No han hecho caso omiso», ha reprochado el presidente del sindicato de veterinarios a la Junta de Castilla y León y ha insistido en la necesidad de poner en marcha «unidades de fauna silvestre en toda España y en toda Castilla y León» para controlar la prevalencia de la enfermedad en los animales silvestres donde cree que se puede hacer más.

Según sus datos, los jabalíes tienen una positividad del 12,45 por ciento; los cérvidos, el ciervo, el gamo y el corzo, del 7,95 por ciento, y los carnívoros, como el tejón, el zorro o el lobo, tienen del 4,51 por ciento, unas prevalencias que, según ha explicado, requieren unas «medidas especiales», unos «controles exhaustivos» y unos «programas concretos de control, vigilancia y, en su caso erradicación, de toda esta fauna silvestre».

«Eso tenemos que denunciarlo, Castilla y León no está llevando a cabo todas las actuaciones de control sanitario en la fauna silvestre que debería llevar a cabo», ha lamentado el presidente del sindicato de veterinarios que ha asegurado que este colectivo lleva «muchos años» pidiendo que se creen esas unidades de fauna silvestre «para que se encarguen de todos los programas sanitarios de la fauna silvestre de Castilla y León» y que, según ha aclarado también, «requiere algo más que hacer chequeos a los animales silvestres», como analizar las prevalencias en los reservorios.

También ha aconsejado «reservar permanentemente» los programas sanitarios desde el reconocimiento de que «no son fijos e inalterables» si bien ha defendido los resultados de unos programas sanitarios que se empezaron a aplicar en España en el año 1986 con una prevalencia del 11 por ciento que ha bajado a una media nacional del 1,4 por ciento.

Martínez ha recordado que la tuberculosis es «una enfermedad zoonósita transmisible al hombre» y ha reprochado al consejero de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural, Gerardo Dueñas, de Vox, que afirmase en su primera comparecencia en las Cortes que no es un problema de salud pública cuando cada año mueren 1,5 millones de personas por esta enfermedad, si bien ha aclarado que en España los datos son «más positivos».

«Sí es un grave problema de salud pública», ha aseverado Martínez que cifrado en un 2,07 por ciento la prevalencia de la tuberculosis bovina en Castilla y León en el año 2022, el último dato disponible, tras una «aumento significativo» del 0,73 por ciento respecto al año anterior cuando era del 1,34 por ciento, si bien ha aclarado que el incremento no ha sido uniforme en todas las provincias donde la mayor incidencia se sitúa en Salamanca, con una prevalencia del 4,47 por ciento, «y en menor medida en la provincia de Ávila», con un 1,84 por ciento.

Martínez ha diferenciado la situación concreta en estas dos provincias con las de las provincias de León, Burgos y Valladolid, que han sido declaradas recientemente por la Unión Europea como zonas libres de una enfermedad que la UE quiere tener erradicada en 2030, como se ha conseguido ya con la brucelosis.

Y respecto a la flexibilización de las medidas aplicadas por la Junta y ahora anuladas, ha explicado que no establecía criterios de actuación en función de las prevalencias que haya en determinadas zonas y se ha referido a «dudas» en la interpretación de los resultados de la propia prueba intradérmica de la tuberculina donde se reinterpretaba la suspensión de la calificación sanitaria y el restablecimiento de la calificación, la que se conoce como ‘carta verde’, «que reinterpreta lo que dice la normativa y establece o permite movimientos de animales en contra de la normativa, lo más relevante».

 

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